viernes, 4 de mayo de 2012

Artículo en defensa de la Fiesta Brava

El siguiente artículo fue enviado por el Estudiante Javeriano de sexto semestre de Derecho, Juan Sebastián Gómez Aristizábal. Agradecemos su participación haciendo una mención especial a su interés por querer hacerse partícipe en el Debate Taurino. 


DEFENSA DE LA CULTURA TAURINA

¿Qué la tauromaquia es inhumana? Lo es, tanto como también lo es tener un perro de mascota o tener cualquier otro tipo de relación con un animal, pues a simple vista –y en el sentido correcto de la palabra– se sabe que cualquier trato que involucre en una parte a algo que no sea humano, por simple lógica es inhumano. Luego vienen a decirme que la fiesta brava es una tortura y que los que la observamos somos unos sádicos. ¡Faltaba más! Respecto al sadismo ¿acaso no fue lo suficientemente clara la OMS al definir que es el sadismo, y decir que esta es una conducta meramente sexual? Ahora bien, lo de tortura, eso es lo menos aceptable, pues los registros históricos nos muestran que el toro jamás se encuentra en ese aparente estado de indefensión que argumentan los grupos que están en contra de este arte, pues en el ruedo han muerto más de 100 toreros en el último siglo, sin contar los miles de heridos que se provocan constantemente. En este punto cabe resaltar el caso del diestro jerezano Juan José Padilla, quien sufrió una lesión grave en su rostro producto de una cornada el 7 de octubre de 2011 en Zaragoza.

Adicionalmente considero que es necesario tener en cuenta que en Colombia ya se ha reconocido a los eventos taurófilos como tradiciones culturales e históricas arraigadas en grupos sociales determinados, tanto como las danzas de orígenes africano en otros lugares, o las expresiones culturales indígenas en otras latitudes, esto a raíz de la sentencia C-666 de 2010 donde la Corte Constitucional permite los festejos mientras nos e use el pretexto del arraigo cultural para iniciar nuevas ferias taurinas. Por otra parte, los grupos anti-taurinos emprenden acciones encaminadas a expresar sus opiniones de manera libre, pero lamentablemente crean mitos sobre la fiesta brava que no pueden ser confirmados pero sí desmentidos, como el supuesto maltrato previo que se le da al toro antes de entrar al ruedo o las infundadas reacciones que dicen tiene el toro al entrar a la lidia. Considero que si se va a efectuar un debate donde cada una de las partes, a favor o en contra, este deber hacerse de manera responsable y argumentando con hecho y no meras suposiciones que se contradicen algunas veces entre sí, como suelen hacer los anti-taurinos.

También considero importante que se tengan en cuenta datos estadísticos que comparen la asistencia a las protestas anti-taurinas frente a la asistencia a las plazas de toros, tanto del país como de otros lugares donde se celebra, puesto que la diferencia entre los primero que no superan los cientos se contrapone a los taurinos que son miles que colman los tendidos año a año. Yendo más a fondo en el tema creo que se debe respetar la decisión libre de una persona a asistir al evento, así como otras personas son libres, como lo expresó Mario Vargas Llosa en su columna del diario El Comercio, de preparar en sus casas crustáceos que se suelen cocinar vivos, o de consumir carnes que provienen de granjas industriales donde los animales viven en hacinamiento y son sacrificados de manera lamentable.

Fuera de lo anterior, y al efectuar un análisis de la tendencia mundial, mientras se vanagloria la prohibición de corridas de toros en Cataluña, acto meramente político que busca separar la identidad cultural de esa región del resto de España, otras localidades, más de 600 en concreto, han brindado sus festejos taurinos por considerarlos Patrimonio Cultural Inmaterial. 

Realizado por: 

Juan Sebastián Gómez Aristizábal
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