DEFENSA DE
LA CULTURA TAURINA
¿Qué la
tauromaquia es inhumana? Lo es, tanto como también lo es tener un perro de
mascota o tener cualquier otro tipo de relación con un animal, pues a simple
vista –y en el sentido correcto de la palabra– se sabe que cualquier trato que
involucre en una parte a algo que no sea humano, por simple lógica es inhumano.
Luego vienen a decirme que la fiesta brava es una tortura y que los que la
observamos somos unos sádicos. ¡Faltaba más! Respecto al sadismo ¿acaso no fue
lo suficientemente clara la OMS al definir que es el sadismo, y decir que esta
es una conducta meramente sexual? Ahora bien, lo de tortura, eso es lo menos
aceptable, pues los registros históricos nos muestran que el toro jamás se
encuentra en ese aparente estado de indefensión que argumentan los grupos que
están en contra de este arte, pues en el ruedo han muerto más de 100 toreros en
el último siglo, sin contar los miles de heridos que se provocan
constantemente. En este punto cabe resaltar el caso del diestro jerezano Juan
José Padilla, quien sufrió una lesión grave en su rostro producto de una
cornada el 7 de octubre de 2011 en Zaragoza.
Adicionalmente
considero que es necesario tener en cuenta que en Colombia ya se ha reconocido
a los eventos taurófilos como tradiciones culturales e históricas arraigadas en
grupos sociales determinados, tanto como las danzas de orígenes africano en
otros lugares, o las expresiones culturales indígenas en otras latitudes, esto
a raíz de la sentencia C-666 de 2010 donde la Corte Constitucional permite los
festejos mientras nos e use el pretexto del arraigo cultural para iniciar
nuevas ferias taurinas. Por otra parte, los grupos anti-taurinos emprenden
acciones encaminadas a expresar sus opiniones de manera libre, pero
lamentablemente crean mitos sobre la fiesta brava que no pueden ser confirmados
pero sí desmentidos, como el supuesto maltrato previo que se le da al toro
antes de entrar al ruedo o las infundadas reacciones que dicen tiene el toro al
entrar a la lidia. Considero que si se va a efectuar un debate donde cada una
de las partes, a favor o en contra, este deber hacerse de manera responsable y
argumentando con hecho y no meras suposiciones que se contradicen algunas veces
entre sí, como suelen hacer los anti-taurinos.
También
considero importante que se tengan en cuenta datos estadísticos que comparen la
asistencia a las protestas anti-taurinas frente a la asistencia a las plazas de
toros, tanto del país como de otros lugares donde se celebra, puesto que la
diferencia entre los primero que no superan los cientos se contrapone a los
taurinos que son miles que colman los tendidos año a año. Yendo más a fondo en
el tema creo que se debe respetar la decisión libre de una persona a asistir al
evento, así como otras personas son libres, como lo expresó Mario Vargas Llosa
en su columna del diario El Comercio, de preparar en sus casas crustáceos que
se suelen cocinar vivos, o de consumir carnes que provienen de granjas
industriales donde los animales viven en hacinamiento y son sacrificados de
manera lamentable.
Fuera de lo
anterior, y al efectuar un análisis de la tendencia mundial, mientras se
vanagloria la prohibición de corridas de toros en Cataluña, acto meramente
político que busca separar la identidad cultural de esa región del resto de
España, otras localidades, más de 600 en concreto, han brindado sus festejos
taurinos por considerarlos Patrimonio Cultural Inmaterial.
Realizado por:
Juan Sebastián Gómez Aristizábal
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